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martes, 22 de septiembre de 2009

Aterrizo en Auckland

Miércoles 16 de septiembre
Nueva Zelanda, 4 millones de habitantes contra 40 millones de ovejas. Al final he llegado a Auckland después de un vuelo nocturno en el que no he conseguido dormir más que un par de horas. Cada vez que conciliaba el sueño mi cabeza caía por su propio peso despertándome al instante. Desembarco y me dirijo al primer control de aduanas, al cuál le seguirán 3 mas y todos con un denominador común:
¿Cual es el motivo de tu viaje?
¿Cuanto tiempo te vas a quedar?
¿Viajas solo?
Una vez superada la prueba me voy a coger el bus que me lleva directo al backpacker hostel (esta vez no hay ningún letrero traducido en castellano como en Singapore). Me bajo en la parada que me deja justo en frente del hostal. Me dan la habitación 915. Necesito una ducha urgente, mientras busco la toalla en la maleta una de mis compañeras de habitación entra por la puerta. Es inglesa, lleva tres semanas en Auckland y ha ha venido aquí para trabajar.

Son cerca de las 13h, ya me ha dado una ducha y estoy preparado para salir a descubrir esta ciudad, hace un día soleado y la temperatura es bastante agradable.
Estoy paseando por Queen Street y me dirijo al muelle. Auckland parece una ciudad como otra cualquiera, hay una gran cantidad de asiáticos entre sus habitantes. Entro en una especie de centro comercial para ver si puedo llevarme algo a la boca. Hay un puesto de comida japonesa para llevar que tiene muy buen pinta, opto por el taper llamado “Salmon lovers”, cuesta 7$ (1$ NZ = 0,48 €). Llego al muelle, me siento en un banco al sol y me pongo a comer. Cualquiera diría que he salido de la oficina para tomar el almuerzo. Todavía me siento cansado y con sueño, así que me voy a tomar un café a una pequeña calle peatonal en la que hay varios bares y restaurantes con terrazas. Junto con el café me pido una cookie, me apetece algo dulce. La galleta resulta ser como una masa elástica de un sabor algo desagradable, así que la dejo entera. Después de mi café me voy a Albert Park. Esta ciudad me recuerda a San Francisco por sus colinas y las calles con grandes pendientes. Me adentro en el parque, sus jardines están repletos de universitarios y gente joven jugando al fútbol, comiendo, o simplemente tomando el sol.

Creo que por hoy ya he visto bastante, pero antes de volver al hostal quiero pasarme por el Sky Tower, sin duda lo mas emblemático de la ciudad. Esta torre de telecomunicaciones y difusión de radio y televisión mide de metros de altura. Desgraciadamente está cerrada, así que no voy a poder mostrar fotos panorámicas de la ciudad.

Llego al hostal, dejo las cosas en mi habitación y me voy al salón, quiero ver mi correo. Son las 18h, mi batalla contra el sueño esta a punto de acabar, llevo luchando varias horas y ya me estoy quedando sin fuerzas. 18:30h, ya estoy durmiendo en la cama, mañana será otro día.

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