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viernes, 25 de diciembre de 2009

Hickory Bay

Nos subimos a la pick up, en seguida noto un fuerte olor a ganado en el interior. Hacemos una parada para recoger material que se utilizara para construir una valla. Por el camino Alex me hace una descripción de la granja.


Unos 40min. De curvas mas tarde llegamos a Hickory Bay y a la granja. Alex me enseña primero la habitación donde voy a dormir, es una cabaña al lado de su casa. Mi habitación tiene tres camas, el suelo esta cubierto con una moqueta que esta pidiendo a gritos que le pasen el aspirador. Voy a omitir la descripción del cuarto de baño. Después de enseñarme mis aposentos me presenta el resto de wwoofers. Un alemán, un sueco, y una japonesa, están en el salón alrededor del fuego, fuera sigue lloviendo y las temperaturas son bajas. El salón tiene un par de mesas de madera que sospecho que han sido fabricadas por Alex. Como complemento hay un par de sillas de mimbre y un sofá de piel. El porche de la entrada ha sido decorado con los excrementos que van dejando las gallinas que corretean por el exterior, hoy en día podrían ser obras de arte la verdad.


Charlo un rato con los otros wwoofers al lado de los 3 quads y los bodyboard, el alemán, Rollan, y el sueco, Stevan, se marcharan en un par de días, la Japonesa, Maiko, se quedara dos semanas.

Al rato llega Brendan, él es un empleado de la granja. Rubio de unos 40 años, con la tez morena y curtida, un estilo Cocodrilo Dundee. Nos sentamos a cenar, pasta con verduras al vapor, durante la cena comemos mas que hablamos.

Rollan me ha contado que Alex esta separado, se ha casado tres veces. No hay ninguna figura femenina en la casa y se nota. Tras la cena nos sentamos un rato en el salón y luego nos vamos a dormir. La habitación es una nevera y mi cama parece una balsa cuando me estiro en ella. Bienvenido a la granja.

Pasan los días en Hickory Bay y me voy dando cuenta de que el trabajo aquí no es muy duro. El primer día tuvimos que acabar un vallado, es donde mas esfuerzo físico he hecho, el resto de días se reparten transportando el ganado de un lugar a otro. Hay mucho tiempo libre, ademas ha llovido los últimos días, por lo que no se podía hacer nada en el exterior.

Respecto a los otros lugares donde he trabajado Hickory Bay resulta algo anarquico. No tenemos ningún horario y tampoco sabes las horas que vas a trabajar al día, se supone que es entre 4 y 6, pero aquí se trabaja cuando hay trabajo, es una obviedad, pero es así de sencillo, y cuando no hay trabajo, volvemos a casa para hacer un break. Me levanto a las 8:30 – 9:00 am, pero no porque nadie me lo haya dicho.

Desde luego lo mejor de este lugar es la playa, y somos los únicos que la disfrutamos. Ademas Alex tiene una tabla de surf y de bodyboard, no son precisamente de última generación pero podemos utilizarlas cuando queramos.






A la semana de estar en la granja llegan dos nuevas wwoofers, dos gemelas, ya sabéis de donde, y lo cierto es que llegan en el momento adecuado, justo cuando hay que esquilar las ovejas.

Alex tiene varios tipos de ovejas, pero la mas importante de ellas en términos de producción de lana es la llamada oveja Merino, y proviene de España. El precio del kilo de lana en el mercado esta a 2$ el kilo, que es la cantidad que produce una oveja aproximadamente, y para Alex solo le sirve para cubrir costes.

Mientras Brendan y Flash, otro granjero, esquilan las ovejas, nosotros nos dedicamos a recoger la lana y empaquetarla en sacos, por un lado la de las ovejas, y por otro la de los corderos. Utilizamos una maquina compresora para empaquetar y cerrar los sacos.








Esquilar ovejas es uno de los trabajos físicos mas duros que uno puede hacer. Al final del día, después de haber esquilado unas 200 ovejas, es el equivalente a realizar 2 maratones.

Nos sentamos en el porche después de trabajar y Brendan me cuenta historias y batallitas de “esquiladores”. En algunos bares en Nueva Zelanda hacen competiciones, esquilar una oveja en el menor tiempo posible, parece ser que el récord esta en 12s, y por supuesto lo tiene un neozelandes.

La playa no solo nos ofrece buenas olas, también nos ofrece alimentos. Del fondo del mar se pueden extraer abulones. El abulón es una especie de concha de unos 10cm de longitud. Se separa el interior de la concha, se deshecha las tripas e intestinos y se pasa por agua, listo para cocinar. En Nueva Zelanda es conocido como el “oro negro”, y su precio en un restaurante por una cantidad mínima de abulones es desorbitante.

Nos ponemos el neopreno, cogemos el quad y nos vamos a la playa. El abulón se encuentra en el extremo de la playa, tenemos que sortear las rocas y también las focas, parecen criaturas pacificas, pero si se les incordia demasiado pueden reaccionar mordiendo y son capaces de ejercer una gran presión en cada mordisco. Tras llenar el saco con unas 50 conchas, regresamos a casa.





Las hacemos a la barbacoa, una vez cocinadas se exprime un poco de limón por encima y listos.



Dos semanas en Hickory Bay... los primeros días no me inspiraba mucha confianza, pero al final, me sentía como en casa. He visto en primera fila como se trabaja en una granja de ovejas en Nueva Zelanda y ha sido interesante, pero de nuevo, y a mi pesar, tengo que partir. Dejo la isla sur y me vuelvo a la isla norte, destino, Raglan, costa oeste.

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